Los piercing orales son una moda que puede perjudicar la salud de tu boca más de lo que imaginas. Los riesgos empiezan desde el momento de la colocación del piercing. El dolor que se siente y la inflamación producida son los primeros indicios de las molestias que puede ocasionar.
La inflamación en los ganglios bajo el mentón y la mandíbula inferior empieza a las horas de haberse colocado y puede durar entre 3 y 5 semanas. Cuando el piercing es en la lengua es muy probable que se produzca una hemorragia o alteración en el sentido del gusto. Además de alguna función motora si se afecta algún nervio.
El riesgo de infecciones cuando se coloca un piercing oral es del 15% y existe el riesgo de sufrir una bacteriemia, lo que dará lugar a fiebre, escalofríos y temblores.
¿Cuáles son los lugares más comunes donde colocar los piercings orales?
- Lengua: los conocidos barbell. Son unas barritas limitadas en cada extremo por una esfera. Suele hacerse en la parte central o en las partes laterales y anteriores de la lengua.
- Labios: Además de los conocidos aros existen también los denominados labrettes. Consisten en una barra con una esfera en la parte exterior y un disco plano que hace de cierre en la interior.
- Mejillas, frenillo o en la campanilla.
Respecto a la salud bucodental, ¿Cuáles son los riesgos de los piercing orales?
- Resección gingival: especialmente en los piercings colocados en los labios. Esto es la retracción de encías que deja el hueso al descubierto y favorece la pérdida de inserción del diente. A la larga existe el riesgo de movilidad y posterior pérdida. El riesgo de sufrir esta complicación es aún mayor si el portador del piercing es fumador.
- Traumatismos dentales. Las lesiones más frecuentes que pueden ir desde un desgaste por rozamiento hasta la fractura de una pieza dental.
- Halitosis. El mal aliento puede generarse debido a la acumulación de placa alrededor del piercing ya que es imposible que el cepillado llegue a esta zona.
- Alteraciones en el habla: los piercings colocados en la lengua, alteran la pronunciación de las palabras que contienen la R, la S o la L.
- Enfermedad periodontal: el contacto continuo del metal del piercing oral puede causar al acúmulo de placa bacteriano, y por tanto la formación de sarro, en los dientes.
- Maloclusiones en los dientes. La presencia de un cuerpo extraño en la boca, altera el equilibrio de fuerzas de la lengua y como consecuencia la posición de los dientes modificando la mordida.
Además de estos riesgos es importante tener en cuenta que el gusto puede verse afectado e incluso existe el riesgo de ingestión del piercing, o alergias a los metales. En función del tipo de material del piercing puede aumentar el riesgo de irritaciones crónicas o de hipersensibilidad al metal.
Si ya tienes tu piercing presta especial atención a tu salud bucodental y refuerza tus visitas a nuestra clínica para comprobar que todo está en orden.