El consumo de tabaco se relaciona con una larga lista de enfermedades que afectan la salud bucodental.
La nicotina reduce el flujo de sangre a las encías lo que impide que las encías reciban los nutrientes que necesitan. Además las bacterias se acumulen alrededor de los dientes y las encías. Esto provoca la aparición de patologías y enfermedades que pueden desembocar en ocasiones en la pérdida de dientes.
Cáncer oral: es la peor consecuencia. El riesgo de padecer un cáncer de boca en un fumador es 6 veces superior al de un no fumador. El lugar de mayor incidencia de cáncer oral por consumo de tabaco es el suelo de boca, también la lengua, el labio y las glándulas salivales. El tabaco es responsable de: 50 % de cáncer en cavidad oral, 70% de cáncer en laringe y 50% de cáncer en esófago.
Enfermedad periodontal: Es una enfermedad crónica y progresiva que ocasiona la pérdida de dientes. La encía recibe menos sangre y oxígeno disminuyendo los mecanismos de defensa frente a las bacterias de la placa bacteriana. Estas se vuelven más agresivas y destruyen los tejidos que sostienen los dientes. Cuando la enfermedad periodontal ha evolucionado a periodontitis, suelen aparecer otros síntomas como: retracción de las encías, movilidad y separación de los dientes, aumento de la sensibilidad dentaria, dolor de encías, abscesos y flemones en la encía.
Caries: Al perder tejido de soporte de los dientes y exponer más la raíz, existe mayor riesgo de caries especialmente en las raíces de los dientes. Esta característica sumada a la disminución de saliva que presentan los fumadores, conlleva una menor capacidad de combatir la placa, provocando mayores probabilidades de infección.
Halitosis: El olor del tabaco y sus compontes (nicotina, alquitrán, etc.) se reparten por toda la boca: dientes, mucosa, lengua… Esto provoca un mal aliento que el fumador no percibe porque ya está acostumbrado. Además reseca la boca, impidiendo que la saliva realice sus funciones de limpieza y regulación del pH de la boca.
Manchas: Los dientes tienden a mancharse por la acción de la nicotina y el alquitrán. El tabaco sobre los dientes produce una coloración superficial y favorece la aparición de sarro.
Dejar de fumar es la única solución para evitar estas enfermedades. Si aún no te encuentras preparad@, te animamos a venir a visitarnos para prever futuras complicaciones y que puedas seguir presumiendo de SOLrisa.
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